Enric Miralles
Enric Miralles fue mucho más que un arquitecto catalán. Fue un visionario que, con cada trazo y cada estructura, reinventó la forma en que habitamos el mundo. Su legado —innovador, poético y profundamente humano— continúa siendo una fuente de inspiración inagotable en la arquitectura contemporánea.
Licenciado en la ETSAB en 1974, su carrera despegó de forma meteórica. Desde sus inicios como ayudante de Albert Viaplana y Helio Piñón, Miralles se sumergió en el alma de Barcelona, colaborando en obras que hoy forman parte de su identidad urbana, como la emblemática Plaza de Sants.
En 1983 marcó un nuevo capítulo: fundó su primer estudio junto a Carme Pinós. En esa etapa, su lenguaje arquitectónico comenzó a definirse con fuerza: curvas tangentes, estructuras asimétricas, acero y hormigón que se transformaban en poesía visual. Obras como Tiro con Arco o el Cementerio de Igualada no solo fueron construcciones, sino manifestaciones de sensibilidad espacial.
La década de los 90 fue su época de mayor madurez creativa. De la mano de su compañera y socia Benedetta Tagliabue, Enric alcanzó una profundidad artística sin precedentes. Juntos fundaron EMBT Arquitectos, un estudio donde cada proyecto es un juego, un reto, una exploración. Los dos arquitectos, juntos, incorporaron con sutileza el color, la materia y el contexto cultural, dando vida a obras como el Mercado de Santa Caterina, el Parlamento escocés o el etéreo Pabellón de la Meditación en Unazuki.
A pesar de su temprana partida en el año 2000, su legado permanece más vivo que nunca. Gracias al impulso de Benedetta, EMBT sigue siendo un faro de creatividad, manteniendo viva la pasión y la visión compartida.
Enric Miralles fue creador de esculturas habitables, collages conceptuales, ideas transformadoras. Su estilo irrepetible —exuberante, juguetón, profundamente libre— dejó una huella imborrable en Europa, Asia y en el corazón de quienes aman la arquitectura con alma.